El esquema de consumidor electrointensivo en España: el reto de reducir emisiones sin perder competitividad

May 19, 2025

En plena transición energética, la industria española se enfrenta a un desafío crucial: reducir sus emisiones sin perder competitividad.
Para apoyar a las empresas en el conseguimiento de este ambicioso objetivo, el Gobierno ha creado la figura del consumidor electrointensivo, un marco normativo específico que establece medidas de apoyo a las empresas para reducir costes, facilitar el acceso a varios tipos de ayudas y fomentar una mayor eficiencia energética.

Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), a finales de 2024 España contaba con más de 600 instalaciones industriales acreditadas como consumidores directos. Estas pertenecen a sectores estratégicos para la economía del país, como el acero, el aluminio, la industria química, papelera, cementera o agroalimentaria, entre otros.

¿Qué es un consumidor electrointensivo?

Los consumidores electrointensivos son empresas cuya competitividad depende, en gran medida, del precio de la electricidad.

Para acreditarse como tales deben reunir una serie de requisitos vinculados tanto a su actividad como a su consumo eléctrico. Estos pueden resumirse en:

  • Pertenecer a un sector elegible: solo las industrias que operan en sectores especialmente expuestos a los costes eléctricos pueden optar por la acreditación. Además, la actividad que desarrollan debe estar incluida en la lista de las actividades en riesgo de “fuga de carbono” elaborada por la Unión Europea. Es decir, la normativa está pensada para proteger aquellas empresas que podrían deslocalizarse a países con regulaciones ambientales menos estrictas.
  • Consumir un volumen mínimo anual de electricidad: La empresa debe haber consumido al menos 1 GWh/año durante dos de los tres años naturales anteriores a la solicitud. Lo que se pretende es marcar un umbral de consumo para centralizar los esfuerzos económicos en los consumidores más expuestos al riesgo de fluctuaciones del precio.
  • Contar con alta intensidad eléctrica respecto al valor añadido: Otro requisito clave es que el coste del consumo eléctrico represente al menos el 10 % del valor añadido bruto (VAB). Esto garantiza que las ayudas se destinen a industrias cuyo coste de la electricidad no es marginal, sino que es un componente esencial del modelo de negocio.
  • Mantener un perfil de consumo estable: el consumo eléctrico debe mantenerse estable a lo largo del tiempo. La estabilidad en el perfil de consumo se mide mediante el factor de carga, que debe ser superior a 0,7. Esta condición evidencia que la empresa no solo consume mucho, sino que lo hace de manera constante.

¿Qué establece la normativa?

El marco jurídico que regula la figura del consumidor electrointensivo se estableció mediante el Real Decreto 1106/2020, del 15 de diciembre, que aprueba el Estatuto de los Consumidores Electrointensivos. Esta norma define el procedimiento de acreditación, las obligaciones de las empresas acogidas y regula el acceso a mecanismos de compensación por costes eléctricos y medioambientales.

En 2023, el Estatuto fue actualizado a través del Real Decreto 444/2023, del 13 de junio, adaptando el régimen español a las nuevas Directrices europeas sobre ayudas estatales en materia de clima, protección del medio ambiente y energía 2022.

Las principales novedades de esta revisión incluyen:

  • Ampliación de los sectores involucrados
  • Revisión del procedimiento de certificación.
  • Ajustes en los criterios de acceso a compensaciones y reducciones.

¿Qué obligaciones deben cumplir las empresas?

Los consumidores electrointensivos deben cumplir con una serie de obligaciones orientadas hacia la mejora de la gestión energética, la sostenibilidad medioambiental y la transparencia del sistema.Estas se resumen en:

  • Enviar las previsiones de consumo: las empresas deben remitir al Operador del Sistema (REE) una previsión mensual de su consumo eléctrico, con un nivel de precisión igual o superior al 75 %.
  • Implementar medidas de eficiencia energética: las industrias deben aplicar mejoras previamente identificadas a través de auditorías energéticas o mediante un sistema de gestión energética. Estas acciones deben ser técnicamente y económicamente viables.
  • Obtener la certificación de gestión energética: es obligatorio contar con un sistema de gestión energética conforme a la norma UNE-EN ISO 50001, y mantenerlo vigente durante todo el periodo de validez de la acreditación.
  • Subscribir contratos de energía renovable a largo plazo: se exige que al menos el 10 % del consumo anual provenga de electricidad 100 % renovable, contratada mediante acuerdos con una duración mínima de cinco años.

¿Qué beneficios obtienen los consumidores electrointensivos?

Las empresas que obtienen la acreditación disfrutan de una serie de ventajas económicas y operativas que pueden suponer un importante alivio en su cuenta de resultados:

  • Reducción de cargos eléctricos: en función de su intensidad de consumo, las empresas pueden beneficiarse de una reducción de hasta el 85 % en los cargos del sistema eléctrico.
  • Compensación por costes indirectos de CO2: los consumidores electrointensivos reciben ayudas para compensar el impacto del Régimen Europeo de Comercio de Derechos de Emisión (ETS). En 2023, el presupuesto destinado a estas compensaciones fue de 244 millones de euros, gestionado por el IDAE.
  • Facilidades para firmar PPAs: se promueve el uso de contratos de compraventa de energía a largo plazo (Power Purchase Agreements), especialmente con energía renovable.
  • Participación en mercados de ajuste: los consumidores pueden participar en los mercados de capacidad o servicios de balance del sistema.

¿Cómo se obtiene la acreditación?

Una vez que la empresa ha confirmado que cumple con los requisitos definidos en el Estatuto del Consumidor Electrointensivo, comienza el proceso de solicitar formalmente la acreditación ante la Administración. Este paso es imprescindible para acceder a las ventajas que ofrece esta figura regulada.

El organismo encargado de gestionar las solicitudes es el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), que actúa como autoridad competente en materia.
La acreditación tiene una validez anual, por lo que las empresas interesadas deben renovarla cada año si desean mantener su condición de consumidor electrointensivo y seguir beneficiándose de las exenciones, compensaciones y demás medidas previstas.

La convocatoria se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE), normalmente en los primeros meses del año, y fija los plazos de presentación.

¿Qué hacen otros países para proteger a la industria electrointensiva?

El apoyo a las industrias electrointensivas no es exclusivo de España. Otros países europeos disponen de políticas similares, adaptadas a las necesidades de su tejido industrial.

Alemania

Alemania ha desarrollado un sistema de apoyo a sus consumidores electrointensivos, combinando medidas fiscales con compensaciones regulatorias. Uno de los pilares de este sistema es la reducción del impuesto eléctrico al mínimo permitido por la Unión Europea, pasando de 1,537 a tan solo 0,05 c€/kWh. Esta reducción no solo se aplica a las industrias más intensivas, sino que se ha extendido también al conjunto del sector manufacturero.

Para las empresas que superan los 100 GWh de consumo anual y que presentan una elevada dependencia de la electricidad en su estructura de costes, se contemplan exenciones casi totales de ciertos recargos. Además, se mantienen ayudas para compensar los costes indirectos del CO₂, derivados del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (ETS). Estas compensaciones, recientemente prorrogadas por un periodo de cinco años, incluyen un mecanismo denominado “supercupo”, que limita el impacto total de estos costes a un porcentaje fijo de la actividad económica de unas 90 empresas especialmente intensivas.

Francia

​Francia apuesta por una fórmula basada en el acceso regulado a su energía nuclear. A través del mecanismo ARENH (Accès Régulé à l’Électricité Nucléaire Historique), los proveedores pueden adquirir electricidad generada en centrales nucleares a un precio regulado de 42 €/MWh, sensiblemente inferior a los precios de mercado. Este mecanismo representa una ventaja competitiva relevante para la industria electrointensiva francesa y estará vigente, al menos, hasta finales de 2025.

Junto a esta medida, el país permite que las empresas electrointensivas se beneficien de reducciones fiscales en la CSPE (contribución al servicio público de electricidad), un impuesto que grava el consumo eléctrico. Para acceder a estas reducciones, las empresas deben cumplir con criterios relacionados con la eficiencia energética y los niveles de consumo.

Italia

Italia ha implementado una combinación de incentivos económicos y mecanismos de gestión de la demanda para aliviar la carga energética de su industria. Entre las principales medidas destaca una reducción del 20 % en la factura eléctrica para aquellas industrias que hayan experimentado un aumento de precios superior al 30 %, con el objetivo de amortiguar los impactos de la volatilidad del mercado.

Asimismo, el país ha reforzado su esquema de “interrumpibilidad”, mediante el cual las empresas pueden recibir compensaciones económicas a cambio de reducir su consumo eléctrico en momentos críticos de alta demanda. Este mecanismo permite una mayor flexibilidad del sistema eléctrico nacional.

Por otro lado, a través del programa “interconector”, las industrias electrointensivas pueden acceder a precios más bajos de electricidad gracias a acuerdos de intercambio energético con países vecinos, aumentando así su competitividad.

UK

El Reino Unido ha desarrollado programas específicos para proteger a sus industrias frente al impacto de los altos precios de la energía, en un contexto especialmente volátil tras el Brexit y la crisis energética global. Desde abril de 2023, se aplica un programa de descuentos en las facturas de electricidad y gas dirigido tanto a empresas como a organizaciones benéficas y al sector público.

Dentro de este programa, los sectores con mayor intensidad energética —como el del vidrio, la cerámica o la fabricación de acero— reciben descuentos reforzados, con reducciones de hasta 19,61 libras por MWh en electricidad y 6,97 libras por MWh en gas. Estas ayudas permiten mantener la actividad industrial frente al encarecimiento de los suministros y apoyar la viabilidad de sectores estratégicos.

Conclusiones

La transición energética pone el foco en la generación renovable y en su gestión, olvidando en muchas ocasiones, el papel clave que juega la demanda.
Los últimos acontecimientos (cero energético del 28 de abril) han puesto de manifiesto, entre otros aspectos, que la integración de renovables en el sistema es más difícil en momentos de baja demanda.

Por ello, Europa debería incrementar sus esfuerzos en proteger a la industria electrointensiva, la que garantiza un nivel de demanda elevado y estable a lo largo de todo el año.
Las medidas vigentes en España parecen ser insuficientes para asegurar la competitividad del tejido industrial del país, ya que el consumo de la industria electrointensiva se ha ido reduciendo año tras otro desde la crisis energética.

Urge mejorar el marco normativo para promover la recuperación de la demanda y, con ello, la entrada de nueva generación renovable.

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